Redactar

redacción

Redactar, esto es, poner por escrito algo sucedido, acordado o pensado, es una tarea que requiere de un proceso mental que puede ser tan breve como lo posibilite nuestra habilidad para escribir de inmediato lo que pensamos, ya sea en un papel o a través de un teclado, o tan dilatado como nos demos el tiempo para perfeccionarlo por horas, días o meses; lo suficiente para sentirnos satisfechos de haber expresado, a través de un texto, el contenido de nuestras emociones.

Aquí aparecen dos palabras cruciales: 

 

TEXTOEnunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos. 

 

CONTENIDOEn una obra literaria, tema o idea tratados, distintos de la elaboración formal.

 

Cuando hablamos de CONTENIDOS, también hablamos de otras formas de expresión que, independientemente de los TEXTOS, enriquecen los mensajes, se trata de videos, imágenes, gráficas, incluso audio.

Pero normalmente está en nuestras manos crear esos llamados textos que, aunque en forma coherente transmiten una idea, su esencia se pierde, se aleja del objetivo debido a distractores relacionados con una mala ortografía, incorrecta redacción, que suelen cambiar todo el discurso por «minucias» como la llamada «coma asesina», o el habitual mal uso de concordancia. Por eso aquí te dejamos:

 

Los 10 errores más comunes en redacción 

1. Mayúsculas sin sentido

Ya lo dicen los expertos, las mayúsculas tienen reglas, la minúsculas no. Entonces, ante la duda, utiliza las segundas.

Muchos tienden a utilizar mayúsculas en palabras entre oraciones; solo deben usarse al principio de la frase, a menos que sean nombre propio, o similar. Después de un punto o cierre de signos de exclamación o interrogación y después de puntos suspensivos. Los meses ni los días, a diferencia del inglés, nunca van con mayúsculas (a menos que inicien la oración).

Lo mismo con los cargos y títulos (presidente, director, etc.). 

2. La coma

La coma no es un signo de puntuación que nos sirva para tomar aire a la hora de leer. Aunque en algunos casos su uso en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado, por lo que cuenta con reglas básicas de uso:  

      • La coma no puede separar al sujeto del predicado, incluso cuando el sujeto esté muy largo.

      • No podemos separar el verbo del complemento directo.

      • No se usa para las conjunciones: ‘y’, ‘e’, ‘o’, ‘u’, ‘ni’; a menos que pertenezcan a la serie.

    De igual manera, separa enunciados (Iré los días dos, tres y cuatro.), esclarece o evidencia (Pedro, el menor, también llegó.) y  distingue locuciones conjuntivas o adverbiales, ‘En efecto,’ ‘En fin,’ ‘No obstante’, etc.

    3. Uso incorrecto del gerundio

    El gerundio es la forma no personal o impersonal de un verbo (así como lo son los verbos en infinitivo y en participio pasado) e indica que la acción está pasando, realizando o llevando a cabo. El gerundio es una forma invariable de la terminación de un verbo, pues siempre va a finalizar en –ndo.

    Expresa anterioridad, simultaneidad, pero, nunca, posterioridad. Es por ello que la Nueva gramática de la lengua española señala que: «El uso del gerundio debe evitarse, cuando la acción que denota es posterior a la acción que expresa el verbo principal».

    4. Uso incorrecto de palabras homófonas

    Las palabras homófonas son aquellas que suenan igual al pronunciarse, pero que se escriben diferente.

    Muchas de ellas se expresan literalmente por su construcción sonora, como halla haya aya, sin embargo, cada una de ellas tiene un significado diferente y te corresponde a ti, amigo lector descubrir su significado en el diccionario. Como este, existen muchos más, donde una sola letra cambia totalmente la idea de la oración: Has por hazhecho por echovalla por bayacasa por cazahay por aycazo por caso; etc. 

    Otras palabras son interpretadas de diferente manera, y so el resultado de la unión de dos fonemas en uno, como ejemplo, «a ver», una expresión utilizada equivalente a «ya veremos» y la cual muchos expresan escribiendo «haber»  (verbo auxiliar en la formación de tiempos compuestos), cuyo significado no tiene relación con la idea que se desea expresar.

    5. Tilde diacrítica

    La Ortografía de la lengua española señala que la tilde diacrítica se utiliza «a fin de diferenciar en la escritura ciertas palabras de igual forma, pero distinto significado, que se oponen entre sí por ser una de ellas tónica y la otra átona» y que generalmente pertenecen a categorías gramaticales distintas. 

    Con el tiempo los monosílabos han perdido la tilde o acento, sin embargo hay una lista de de fonemas de este tipo que con el tiempo la han conservado para diferenciarse de sus palabras homónimas que significan otra cosa. Vale la pena tenerlas presentes y son: 

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    6. Porqué, porque, por que y por qué  

    En los medios de comunicación escritos es muy frecuente ver cómo se confunden las expresiones porqué, por qué, porque y por que.

    Porqué es un sustantivo, sinónimo de ‘causa’, ‘motivo’ o ‘razón’: «El responsable de fotografía de la casa de subastas explica el porqué de su valor», que puede ir también en plural: «Los porqués del entrenador no tienen sentido».

    Por qué es la combinación de la preposición por y el interrogativo qué: «¿Por qué no aumenta el número de vivienda protegida?»; se reconoce si se le agrega la palabra razón: «Le preguntaron por qué (razón) ingresó al club».

    La palabra porque es una conjunción que equivale a puesto que, dado que, ya que: «Es difícil porque hay tres equipos más de un nivel muy alto». También puede tener valor de finalidad con un verbo en subjuntivo, equivalente a para que: «Hizo lo que pudo porque (o para que) su trabajo fuera excelente». En este caso, también es válida su escritura en dos palabras.

    Por que es la combinación de por y el pronombre relativo que y se reconoce fácilmente porque siempre se puede intercalar un artículo entre ellos: «Ese es el motivo por (el) que decidió no ir».

    También puede tratarse de la preposición por exigida por el verbo, el sustantivo o el adjetivo, y la conjunción que: «Los trabajadores votaron por que no se convoque la huelga» (votar por algo).

    7. Cacofonías

    De acuerdo a al diccionario de la RAE, una cacofonía es la disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los elementos acústicos de la palabra. Esta disonancia o sonido distractor y hasta cierto punto desagradable, se produce, normalmente, cuando cometemos uno de dos errores. El primero y más común, sucede cuando pronunciamos dos palabras que no suenan armónicamente correctas. Un ejemplo sencillo es cuando al expresarnos oralmente en una oración hacemos una especie de verso, como: «Iba trotando por la pista y de repente me salió un turista…» En ese momento solemos decir: «¡Ay, mira, me salió un verso sin esfuerzo!», y salimos así de manera informal de nuestro dicho. Pero en un texto es imperdonable.

    La segunda forma de cometer una cacofonía es como consecuencia de la repetición innecesaria, exagerada o cercana de un sonido en una misma frase, producto de un vicio del lenguaje. Ejemplo de estos casos son voces como «Bajar para abajo, subir para arriba, grabar una grabación, salir para afuera», etc.

    8. Discordancias gramaticales

    Una discordancia gramatical es la falta de correspondencia entre las partes que se utilizan en una frase u oración. Estas pueden ser de tiempode génerode númerode lógicade fonética y de sustantivos neutros.

    Sin embargo, la discordancia más recurrente es la discordancia entre sujeto y predicado, sobre todo con sujetos que hacen referencia a un conjunto de individuos. Ejemplo: «Dale a tus calles alegría, Macarena», cuando lo correcto debería ser, « «Dales a tus calles alegría, Macarena».

    9. Las abreviaturas

    Imposible conocer todas las abreviaturas de las instituciones que se abordan en los escritos dependiendo del país del que se hable, del tema de que se trate. Por lo tanto, imprescindible, se debe escribir el término completo de la institución, dependencia, etc., en su primera aparición, seguido, entre paréntesis, de las siglas o abreviatura, y a partir de ese momento, hacer uso de estas últimas subsecuentemente. En el caso de instituciones extranjeras, es válido referirnos a la entidad con el nombre en español, seguido en paréntesis con las siglas en inglés seguido de la acotación: «Por sus siglas en inglés», o del idioma que se trate.

    10. Anglicismos

    Evita los anglicismos. Desafortunadamente algunas materias, en especial la mercadotecnia, por ejemplo, ha adoptado palabras que no tienen equivalentes en español. Y la recomendación es que si es imprescindible utilizar un anglicismo, siempre verifica en el diccionario de la RAE que esa palabra esté aceptada por la Real Academia Española

    Si la palabra no está aceptada por la RAE, ésta deberá expresarse en cursivas .

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